En la memoria de sus habitantes:
Cuando has vivido veintitrés años recorriendo
los mismos caminos, viendo los mismos montes, campos, ramblas, respirando el
mismo aire, saludando y tratando a las mismas gentes, queda un poso de
recuerdos imborrables, que te acompaña toda la vida.
Durante cincuenta años de ausencia, vuelves a
visitar y recorrer esos mismos espacios, a recordar las experiencias de esos
años de infancia y juventud, deseas abrazar al propio territorio en cada
persona que encuentras.
Tuve la suerte de vivir justo en Malagón, el
centro de la zona situada entre la Sierra del Periate y la Sierra de las
Estancias, entre Chirivel y Cúllar., Orce y Oria.
Hoy han cambiado muchas cosas; pero la más grave
y dolorosa ha sido encontrar las aldeas con menos gente y la soledad de tantos
cortijos y cortijadas totalmente vacías.
Una consecuencia más de los avatares de la
historia.
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