Reportaje de un viaje:
Cuando finalizó la Santa Misa, se realizó la Procesión
haciendo el mismo recorrido de toda la vida, de la Iglesia por la parte
occidental, siguiendo toda la explanada sur hasta la carpa instalada al efecto
del evento, comida y baile; luego se trasladó la imagen al su capilla, y se
empezó el diálogo de amigos, conocidos y vecinos.
El reparto de las “migas camperas” se llevó a cabo con
absoluta normalidad; hubo migas para todos, incluida la repetición de algunos;
la abundancia de choricitos, longaniza y las famosas tajadas de tocino
entreverado, dejó satisfechos a los más exigentes comensales; una gorda naranja
cerró, como postre, un sencillo banquete popular rural cual los mejores tiempos que todos pudimos recordar.
Es tan hermoso como difícil describir, traducir en
palabras toda esa carga de emociones que invaden elel alma al revivir momentos de infancia y juventud al
mismo ritmo del corazón de todo un grupo de las
personas de tu edad, que han sido capaces de superar
enfermedades, distancias y tantas otras limitaciones, para dar un abrazo,
compartir un recuerdo e intercambiar una sonrisa emocionada.
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