Reportaje de un viaje:
Para rebajar el peso de las migas, comenzó el baile suelto,
que todo el supo y pudo se marcó unas
seguidillas, unos fandangos, sevillanas y jotas, al mejor estilo
tradicional.
El conjunto musical nos hizo recordar ritmos y letras,
ya medio olvidados, logrando remozar los cuerpos, las almas y la memoria de los
mayores y las piernas y brazos de los más jóvenes.
Cristóbal Tófol y sus compañeros, tocaban con rabia y
voz vibrante aquellas coplillas de los años medios del pasado siglo XX, tal
como lo habíamos oído en su momento todos los más viejos del Encuentro Festivo.
Una vez más valoramos la historia oral etnológica de
los pueblos.
Las raíces más profundas de su folklore, tradiciones y
costumbres afloran cuando encuentran un momento propicio; surge con el máximo
rigor, por encima de cualquier modernidad, novedad y crisis de su entorno económico, social o político.
Admiramos y felicitamos a la Comunidad humana de
Matián, que nos demuestra cada año el amor FIEL a la Madre Tierra, por la que recuerdan, aman y añoran
esas delicias sencillas como la vida misma y dan honor al terruño donde nacieron, gozaron, lloraron y
amarán hasta el fin de sus días; a pesar del sitio donde vivan y las
circunstancias de su realidad; en nuestro corazón siempre está vivo el
entusiasmo por el pueblecito en que fuimos niñ@s.
¡¡¡ HOLÉ HOLÉ y HOLÉ, por mis amigos y vecinos de MATIÁN !!!
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