Reportaje
de una viaje:
Ya
atardeciendo sacamos una foto de esa única puesta de sol iluminando de rojo el
Altiplano, los extensos llanos de
almendros que rodean el solitario cortijo.
Tomando
de nuevo el camino de Matián a Venta Quemada, cruzamos ésta recordando tantos
momentos y acontecimientos vividos en esta aldea, en cuyo templo aprendí a ser Sacerdote de la mano de
sus sucesivos párrocos: Emilio, Francisco, Miguel y José maría.
Con
ellos participé en la acción pastoral de Las Vertientes, Matián, Venta Quemada,
Tarifa y treinta cortijadas y cortijos que ocupan la mayor parte del Altiplano.
Nos
detuvimos junto al Cementerio Parroquial, oramos por nuestros padres,
familiares y las demás almas de los que allí descansan en paz.
Enseguida
tomamos la carretera, una mirada a las canteras de mármol de las inmediaciones
de la Sierra del Periate, una inmensa mole de mármol blanco que costará extraer
más de doscientos años , y llegamos al Hotel Venta del Ángel de Cúllar.
Después
de una relajante ducha, nos acostamos sin cenar ante la falta de apetito debido
a las “migas camperas” de Matián.
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