para que cante a los
cuatro vientos
lo que sepa, lo que
pueda y quiera;
la he visto alborozada y
feliz;
me ha ofrecido un gesto
de bondad
colmado de sinceros
sentimientos,
en tono de dulzura
placentera,
entre sostenidos y
bemoles decir:
“Si tu eres un esclavo
del amor
a Dios, a las personas y
animales,
pones amor en las
plantas y piedras,
¡te prestas a estimar
hasta el dolor,
y has puesto en tus más
altos ideales
abrazado a la cruz como
una hiedra!”
... +
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