Ella me enseñó
a veros como hermanos,
de sangre y de fatiga;
me ilumina su luz
a vuestro lado
y me hace más bueno,
al compartir
las migajas de mi alforja,
con vosotros,
los pobres de la Tierra.
Ella me ha enseñado
a mirar con respeto
a todas las mujeres;
con la dignidad,
pureza y talento
de un gentil caballero.
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