1.- La falta de respeto a las autoridades, se
notan los atisbos de anarquía y descontrol.
2.- Todas las reibindicaciones tienen un marcado
signo de exigencia
de derechos y, por el contrario, ningún compromiso de obligaciones.
3.- Una general sordina a la que se han
acostumbrado los “poderes públicos” para no oir el clamor de las muchedumbres
sufrientes de la Tierra.
Esta falta de cordura y valentía humana para
afrontar las soluciones válidas a una crisis generalizada, ahoga
los esfurzos de los pocos que ponen su capacidad
y su
trabajo al servicio de los demás.
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