Se sabe donde están las soluciones para
erradicar los problemas que tienen los ciudadanos y los medios
con que lograrlo, pero falta la voluntad para hacerlo, porque “tales
propietarios subsodichos” mantienen la actitud de seguir enriqueciéndose a costa de los
sufrimientos y el sudor de los más débiles.
Esto sucede a nivel local, nacional e
internacional.
La inmensa mayoría de las democracias reinantes
son una tapareda para manipular a los sanos ciudadanos al utilizar sus bien intencionados votos, al no
aplicar las promesas hechas en las campañas electorales.
En vez de poner sus altas remuneraciones al
servicio de los ciudadanos en una auténtica reforma política, económica y
social, tocan y reducen todas las ajenas economías, pero ellos mantienen sus
sueldos a salvo.
Estas son las raíces y los motivos de tanta
corrupción, descrédito y desprestigio de la clase política. ¡POR MUCHO QUE NOS DUELA!
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