miércoles, 15 de mayo de 2013

AQC. DCCLXX


EL MUNDO QUE NOS RODEA, 2
Ante todo debemos tener el corage de quemar “la barca” de nuestro orgullo, tan cargada de inetereses egoístas, pues nos impiden aplicar los sentidos con la limpieza precisa en el análisis personal juicioso de cuantos acontecimientos y personas nos rodean.

Si al iniciar el recorrido de nuestra contemplación, no
podemos soportar el fuerte olor a podrido que llena el ambiente, es mejor tomar el camino de una posible vía de escape; pasar de todo y sufrir de amargura en la convicción de nuestro mundo no tiene ya remedio; por tanto, nosotros “comamos y bebamos que mañana moriremos”.
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