el Amor todo lo impregna:
pies, cabeza y corazón.
Qué elevada conclusión
de
los que no mancillaron
con
el sexo mal usado
su
virginidad perfecta:
“acompañan
al Cordero,
todos
vestidos de blanco
como
signo de pureza,
a
donde quiera que vaya,”
en
Felicidad completa.
Aunque el sexo sea casto,
revestido
de belleza,
no
hay pecado en practicarlo
con
amor, buena intención.
De la vida relicario
por
la voluntad de Dios,
es
amor y castidad,
es
honestidad y sexo:
dos
fuentes de santidad.
El colofón de este canto
es
una lidia pacífica,
en
que se lucha a por fía,
entre
el sufrimiento santo,
de
ser virgen de por vida;
o
crear la vida usando,
con
la santidad debida,
el
sexo que nos han dado
con
amor y sin heridas.
(Fin de Poemas de Amor).
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