12.l:
La sonrisa, ¡qué sencilla!
por no captar su valor
te has privado de la vida.
Las cosas sagradas, dicen,
si no son dignas de Dios,
son indignas por sí solas;
están junto a la frontera
de lo ridículo atroz.
Ríen monos y caballos
ríe con la cola el perro
ríe el gorrión, la paloma,
cuando posando en tu hombro
toma alegre las migajas
que le ofreces generoso.
Es la sonrisa en nosotros
un signo de identidad
que adorna nuestro camino
hasta nuestra ancianidad
desde cuando somos niños.
Cuánto amor en la mirada
de la sonrisa sincera
cuando miramos dejando
un mensaje desde el alma
al que tenemos al lado.
Sonríe la inteligencia,
sonríen los pensamientos
y sonríen las palabras,
cuando quien habla y entiende
y pare ideas con dolor
pone su alma y taladra
con su sonrisa de amor.
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