lunes, 9 de octubre de 2017


NUESTRO COLEGIO
“Isabel Rosillo- Santo Ángel”
AQC. 1.020
ASÍ OCURRIÓ, 47

Durante el año de 1974, nuestro Centro vivió una experiencia especial; dentro de ámbito social, abierto a la realidad plural de una comunidad humana cambiante y nueva, por el hecho de estar compuesta de la llegada constante de emigrantes que procedían de casi todas las provincias de España, en nuestras aulas había alumnos mayoritariamente católicos, pero había también hijos de familias protestantes, musulmanes, testigos de Jehová, ateos, etc.

Entre tanta diversidad, un padre de familia,  al finalizar una partida de ajedrez, me sugirió la idea de fundar una Escuela de este rey del deporte, cuya práctica alberga a tanta gente inteligente en todos los sectores humanos de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes, entre los que participaban niños alumnos y padres de familia de nuestros alumnado.

Pusimos en marcha la idea, hasta reunir una lista de mayores y pequeños, que en un tiempo récord, comenzamos a funcionar, mientras se hacían las diligencias y se conseguía las correspondientes autorizaciones del Ayuntamiento de Alcobendas y se hacían las obras y adaptación de la sala de juego y servicios complementarios.

Ofrecí una de nuestras aulas, pertrechada de 30 mesas con el correspondiente tablero, fichas, 60 sillas  y ochenta afiliados a la primera Escuela de Ajedrez de esta zona Norte de la Comunidad de  Madrid, cuya Acta de Fundación, que aún conservo, firmada por los 15 primeros inscritos en el Club de jugadores, a los que seguiremos la pista, juegos y resultados competitivos, a lo largo de muchos años, tras conseguir que esta Escuela de  Ajedrez se convirtiera en Municipal, estuviera presente en la mayoría de los Centros educativos y jugar en la Primera categoría  de ámbito nacional.

Lo más grande y beneficioso de la prática y juego del Ajedrez, no está en el ganar o perder a partida, eso es lo de menos para el jugador, sino en la satisfacción  de haber realizado una gimnasia mental, en la que el acierto y el error fortalece la inteligencia y crece la valoración de ambos contendientes.

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