sábado, 17 de noviembre de 2012

VOLVEMOS A RAPA NUÍ, 1.5

A veces me pregunto cómo después de más de
CINCUENTA AÑOS, están  tan presentes en mi
mente y en mi espíritu.
Los sueño muchas veces, y me asaltan pesadillas en
la  profundidad desconocida de ese “vivir sin vivir”
que son los sueños; cuando estos  nos permiten asistir
como convidados de piedra, o tomando parte activa
en sus originales  ceremonias tribales o familiares:

-       solemnes liturgias religiosas y ritos paganos;
-       danzas polinesias, pero de ritmos ancestrales;
-       banquetes bacanales donde se mezcla drogas
locura, sexo y frenesí que asusta y horroriza;
-       batallas campales y muertes salvajes;
-       amores prohibidos y divinos cantos melódicos
celestiales. de muy diferentes coloridos en el altar
la explanada  ceremonial de Rano Kau,  en los que
participan, cada uno  según su función, los niños,
jóvenes, sacerdotes y militares al son de sus  cantos
y músicas con un monótono y enloquecedor sonido
de  tam-tam-tam y endiablados movimientos febriles,
durante largas horas más extrañas,y tan sofisticadas,
jamás oídas en este nuestro Planeta azul, marrón y
verde.

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