viernes, 16 de noviembre de 2012

VOLVEMOS A RAPA NU¨Í, 1.4

Me gustaría que, para todos los que sienten
algo parecido, vieran con los ojos de su
inteligencia el intrínseco valor de los  gritos
de piedra reproducidos por ellos  en estos
grandes cuerpos de Moáis; vistos desde el aire,
desde el mar, desde la  mínima distancia; cuando
estás a su lado, sientes:
-       admiración reverencial, porque los
ves superiores, como majestuosas estatuas de 
dioses, profanados por tanto desconocimiento
cultural;
-       vergüenza de no saber leer sus mensajes
y normas de convivencia vital;
-       dolor, al pensar en ese final, entre tétrico y 
fatal en que tuvo lugar su horrible y total 
aniquilación o huida pavorosa, si prestamos
atención a los síntomas y restos encontrados;
-       paz interior y exterior; lo confieso:  en
momento alguno sentí miedo, ni de día ni en la
noche, sino seguridad y cobijo a su lado.
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