De
nuevo estaba en la roca
del
altar ceremonial
de
los moáis ancestrales
de
la ignota antigüedad.
Me
hice la pregunta tonta
en
mi ignorancia y pobreza:
“¿De
qué me ha servido el viaje
a
las entrañas profundas
a
los mensajes secretos
de
los moáis sepultados
de
los ángeles del Cielo
de
los poderes de Reyes
de
Reinos desconocidos
de
Sabios de cien planetas
¡¡si
no recuerdo preguntas
ni
recuerdo mis respuestas!!
Su
dedo sobre mis labios,
su
voz de niña pequeña,
de
madre junto a mi lecho
de
enamorada profunda
de
esposa desmelenada
en
mi mullida almohada:
“Tu
eres un elegido
por
tu ignorancia y pobreza,
has
satisfecho con creces
la
medida que se exige
al
ser humano perfecto;
a
fuerza de no tener
has
dado tu propia vida
sin
recibir nada a cambio
te
has negado a tí mismo
para
dar valor a todos
con
total desprendimiento
eres
el ser más amado
de
tu Planeta terrestre,
de
la Vía Láctea entera
y
de todo el Firmamento”
Lo
afirma la Cruz del Sur.
Fin de SUEÑOS INSÓLITOS, 15
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