lunes, 15 de febrero de 2016

Diálogos en el Vaticano,5. AQC.892


 “HAGASE TU VOLUNTAD”

“Como en otras ocasiones difíciles y graves de mi vida, la noche del 3 al 4 de junio/76, me quedé toda la noche en la capilla, junto al Sagrario, entregado a la oración y descargando las preocupaciones  que me angustiaban el alma:

-       deseaba ser fiel a la voluntad divina sobre mi futuro;
-       lloraba el sufrimiento que podría ocasionar a la Iglesia con mi aparente abandono de obligaciones eclesiales;
-       una y otra vez repasaba mi decisión, ya antigua, de luchar para lograr el cambio de  una Ley que, a pesar de varios siglos de vigencia y, según tantas experiencias, con pésima observancia real;
-  mi lucha contra corriente, de tantos años, me      había herido gravemente y dejado cicatrices profundas e imposibles de disimular;
-  el mismo Papa Paulo VI tenía en sus manos mi nombre y deseos firmes de obtener la Dispensa de mis compromisos celibatarios;
-       a veinticuatro horas de mi entrevista con la Comisión Pontificia, creía que las decisiones estaban ya tomadas para el Informe Oficial al Papa;
-       pensaba con sinceridad que la razón estaba de mi parte, pero imaginaba
también que había otras personas, entre ellas Paulo VI, que podrían ver las cosas de forma contraria, y negarme todo;
-       la noche se me hizo corta e insuficiente para orar, reflexionar, meditar, arrepentirme, fortalecerme y llorar lo bastante como para tranquilizar mi conciencia y mi espíritu ante la “HORA D”.

- CONTINUA _

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