domingo, 2 de junio de 2013

A.Q.C., DCCLXXXVIII

EL MUNDO QUE NOS RODEA, XX:

La importancia de nuestros vecinos y paisanos.
Cuando fuí ordenado Sacerdote, Presbitero de la Santa Iglesia Catolica, me hice cargo de la Parroquia durante tres meses, mientras Don José María S.A., el Párroco, se marchó a Argentina para participar en la Gran Misión de Buenos Aires por los años 50 y 60 del siglo último pasado.
Uno de los centros de culto era un pueblito de la provincia de Granada; sus pobladores eran labradores y pastores, cuyas faenas no les dejaba mucho tiempo; sin embargo los domingos asistían con regularidad a participar de la Santa Misa.
Para mi, que había crecido entre ellos, resultaba muy sencillo y agradable hablarles de Dios y alimentar su vida espiritual en el templo y en el andar por sus calles y plazas cada día.
Yo enseguida marché  como misionero a tierras del Perú y otros países Sudamericanos.
Pasaron varios años; volví de nuevo a España y pude comprobar que muchas de aquellas gentes habían ya emigrado a otros pueblos de España y Europa; la mayor parte de ellos marchó a los pueblos de la provincia de Alicante, cuyo áuge en la fabbricación de juguetes y muñecas constituía un atractivo centro industrial, donde encontraron trabajo y la mejoría familiar que buscaban.
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Nota de la Redacción: Una avería en la instalación ha retrsado la publicación. Disculpen las molestias.

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