martes, 18 de junio de 2013

A.Q.C., DCCC

MATIÁN en la memoria, 03:

El suceso narrado sobre el accidente aereo, cada uno lo cuenta segtún la posición gegrafica desde donde lo vió; yo tenía diecisiete años y corría como una liebre; llegué el primero en avistar la avioneta caída en el barranco; estaba inclinado sobre el piloto y escuché a la gente hablar sobre la colina.
Silencio en este momento los detalles tan macabros que contemplaron mis ojos.
Hubo comentarios de todos los colores y matices:

-      la primera avioneta venía desde Granada sola y sus ocupantes viajaban a Cartajena por razones obvias de exámenes para la correspondiente promoción; en ese punto fueron alcanzados por otro compañero que, por motivos de rencillas personales, que yo desconozco, quería evitar el exámen de sus compañeros;

-      el suceso fue casual, producto de una simple imprudencia de compañeros jóvenes, inespertos y bisoños en el arte de pilotar;

-      alguien me contó que hubo denuncias y juicios, peritajes e investigaciones, en que intervinieron el Ejército del Aire y las familias de los tres fayecidos.
Cuando conté a mi padre lo que había sucedido, él se echó a llorar y dijo:

“Esos chicos han muerto y ya no hay remedio, lo que llena de pena es el sufrimiento que les queda por pasar a sus familiares, compañeros y amigos.” 

A continuación me abrazó, y lloramos juntos.
Yo he contado una cuarta parte de lo que vi; y no me apetece narrar todo aquello qur pudiera herir, creo, la sensibilidad de mis lectores y amig@s. 

Mi vida de estudiante me condujo al cabo de pocos días, al Seminario Menor de Guadix e impdió saber más de lo que se; lo que me basta y sobra.
Fue un día trágico y triste  para todos los habitantes de Matián y alrededores.
Hoy en el lugar del siniestro accidente se levantan tres cruces con los nombres y memoria de los tres jóvenes pilotos.
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