9.:
El esfuerzo no basta:
Hoy
hablé con un ateo,
(los
que dicen no creer);
en
nuestra conversación,
dice
mi interlocutor:
“Dios
lo quiera y llueva pronto,
porque, si no llueve ya,
se
va a secar la cosecha
de
sandías y melones.”
¿Se querrá burlar de mi
este melonero infiel?
¿Habrá cambiado el buen hombre?
Creí oír una voz:
“No es su boca, es su alma,
la que se asoma a sus labios,
suspirando por su espíritu,
el Espíritu de É,
que él se empeña en negar”.
Y le digo exactamente:
“Lloverá muy pronto ¿sabe?”.
“Dios le oiga, buen amigo”
- Me dice el ateo ¿converso? -
Admirado quedé yo,
sin saber
a qué atenerme,
sin palabras ni razón.
.......continuará
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