Secretos de vida y gtitos de Fe
Hacemos un alto en los “Diálogos en el
vaticano”, al que asistió , al dinal, como Teólogo observador y Asesor, en
aquel momento, un hombre Sabio,
Santo, Humilde y Valiente, hijo de un Comisario
de la Gendarmería provincial alemana de Márkil, Joseph Rátzinguer y de una humilde
costurera, María Peítner.
1.- Sabio:
En la prolongada historia de la Iglesia
Católica, no se recuerda a Papa alguno que haya tenido un dominio de la
Teología aplicada como su Santidad el Papa Benedicto XVI.
Cuando escribo estas líneas , está a
punto de traspasar las puertas del Vaticano, quizás para no volver jamás a su
interior, mientras viva; después de muerto, no lo se: está por ver el protocolo
que recibirá su cuerpo.
La última vez que pude hablar con él,
antes de ser consagrado Obispo, comprobé, por sus gestos vivaces y amables, que
me encontraba ante un futuro supremo Representante de Cristo en la Tierra. Y
así fue.
2. Santo:
El Teólogo Joseph Ratzinger Peitner,
escuchó con suma atención y respetomi exposición resumen de mi Tesis Doctoral,
en la que se defendía con toda urgencia y necesidad una reforma y actualización de la Ley del
Celibato, incluida la admisión al sacerdocio de hombres casados ; al terminar
mi intervención, este eminente Teólogo, asesor entonces de la Congregación DF,
me sonrió e hizo un claro ademán de aplaudir mis palabras; una evidente
manifestación de alegría, al comprobar que alguien más en la Iglesia actual,
urgía ante la misma Comisión Pontificia
(y en la propia Sede de la CDF), la necesidad de poner al día, de una
vez, la ineficaz norma prohibitiva.
Se puede decir ya, después de su decisión
de dimitir como Papa, que es una demostración de la VIRTUD HEROICA.
Su silencio absoluto y respeto sobre el
tema del celibato y la imposibilidad manifiesta a que ha sido sometido por los
curiales del propio Vaticano y parte del mundo, dejan claro que este Papa ha vivido, como sus cuatro últimos predecesores,
esta virtud exigida para la canonización
de una persona santa, como “mártires del silencio”
3.- Humilde:
En sus cortos años de pontificado le ha
tocado pedir, muchas veces, el público perdón al mundo por los pecados
cometidos en ámbitos eclesiásticos; aunque tampoco debemos atribuirlos a tal
norma, sí es cierto que estamos refiriéndonos a seres humanos débiles a los que
nunca se les debía haber consentido abrazar un compromiso de tales
características.
El hecho de pedir perdón, ya es en sí, un
signo claro de humildad suprema en materia tan delicada.
4.- Valiente:
Ante una situación parecida, pocos seres
humanos de los que conocemos, suele tener el arrojo y valentía de dar un paso
similar cuando se trata de bajarse de la “poltrona del Poder establecido”; esto
no se hace desde la cobardía; se necesita mucho valor para hacer uso pleno de
la Libertad al más alto nivel.
Dejar las pompas humanas de sentirse a la
cabeza de una institución con más de mil
millones de personas bajo su autoridad; sólo puede hacerlo un auténtico
valiente paladín y un ejemplo modélico para la vida de cualquier ser humano.
GRATITUD MERECIDA
Gracias, JOSEPH RATZÍNGUER PEITNER,
Obispo Emérito de Roma y Papa Emérito
del mundo, al que has amado y servido hasta el heroísmo.
Un amigo y para siempre, en la soledad de
la celda que desde ahora ocupas para consumir tu vida en la oración ante Dios,
por exquisita vocación, ya lejos de los múltiples ruidos de este mundo, de los
que tanto y siempre has huido.
Siempre estaremos orando contigo.
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