jueves, 16 de febrero de 2012

Amor es ésto y mucho más


El temblor de una mirada,
el calor de una sonrisa,
el silencio de un recuerdo,
la ternura de unos besos,
la chispa de una caricia,
la confianza de la amada,
el abrazo entre la brisa,
“de tus males no me acuerdo”
la superación de celos,
y el recelo sin malicia.

La locura del amor
nos hace perder el seso;
ya no valen los consejos,
cuando los enamorados
mutuamente se han querido,
se pierde toda razón
en la cama y en el sexo,
su mente se ha ido tan lejos
que hasta los padres dejados
se han quedado en el olvido.

Olvidados los dolores
del parto que ha de venir,
ambos se prestan prolijos
a romper todas las lunas
y agotar todas las mieles,
probar todos los sabores
de la mesa y del vivir;
y luego vendrán los hijos,
el trabajo y las fortunas,
las rosas y los claveles.

Si el amor era veraz,
el tiempo no lo marchita,
ni el andar con el acaba,
ni en invierno ni en verano,
él se quema ni se enfría;
si la pareja es capaz
y siempre se necesita,
cada día se renueva;
si el amor es fuerte y sano,
siempre renace y recría.

Los hijos son complemento
de los padres con buen tino
y las hijas son adornos
y corona de las madres;
padre, madre, hijas, hijos;
y con estos elementos,
la familia y su destino,
crece sin odio y sobornos;
son el honor de los padres
si del amor son prolijos.

El amor es aceptar
con ella la vida al día;     
buenos y malos momentos,
los alegres y los tristes,
los dulces y los amargos;
porque el amor es triunfar
en flaqueza y en hombría
de nobleza y sentimientos;
si te desnudas y vistes,
      gozad juntos los halagos.

1 comentario: