sábado, 22 de febrero de 2014

A QUIEN CORRESPOND, DCCCLVI

* “LA FUENTE SECRETA”
15.-

“¿¡El tiempo!? El tiempo  no existe para nosotros; no sabemos cuando empezamos a existir, ni tampoco cuando vamos a dejar de estar en este peñasco espacial que llamamos Tierra; la sucesión de
momentos por los que pasamos es como un corredor y trasmisor entre lo eterno inicial y lo eterno final.
¡Tampoco eso nos preocupa!”

Esta afirmación me dejó descolocado; los conceptos responden correctamente con mis conocimientos previos, pero hay una clara desviación en la aplicación cultural que hace zozobrar nuestras conclusiones ancestrales.
Esta dicotomía me hizo recordar la guerra y desacuerdo de las generaciones humanas y lancé un órdago atrevido, sin reparar en las consecuencias:

“Amigo Sixfrinio, si el objetivo a conseguir es el mismo, ¿por qué no se ponen ustedes de acuerdo en lo tocante al camino requerido para llegar hasta el fin?”
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* NOTICIAS del “ALTIPLANO”: Cerro de Malagón.
07.-
Conociendo estos datos tan importantes sobre El Malagón,  y
siguiendo las oportunas indicaciones, procedí a enviar una comunicación a la Delegación Territorial de Educación, Cultura y Deportes de Granada, para comentar la simple situación en que hoy se encuentra nuestro tan amado Yacimiento Arqueológico de EL MALAGÓN.

Viví veintitrés años de mi vida, de niño y joven, en el cortijo de Malagón, justo al lado del Yacimiento, en que yo paseaba, jugaba, estudiaba  e “investigaba” palmo a palmo la ladera y alrededores del Cerro.
Terminada la  carrera sacerdotal en la Facultad Teológica de Cartruja la Nueva, en Granada, marché como misionero a varios países de América del Sur.
Volví de nue4vo a España, fundé un Centro de Educación en la Comunidad Autónoma de Madrid.
En el curso 1.970/71(mayo) hice una visita con mis alumnos/as al Museo  Nacional de Arqueología, el entonces Director Don Martín Almagro, me recibió en su despacho; yo le  mostré detalles de varios utensilios fabricados con sílex recogidos por mi en el Cerro de Malagón, y le conté cuanto sabía.
Su hijo allí presente, estudiante entonces, Don Martín Almagro Gorbea, actual Director ilustre de la Real Academia de la Historia, por encargo de su padre, rellenó una ficha con mi nombre y datos precisos sobre la ubicación geográfica y camino para llegar  al lugar.
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* CITA en el Burj Khalifa Dubai. Día cuarto:
Hoy hemos desayunado en casa y comido en uno de los restaurantes del Gran Ball, con vista al lago de las fuentes danzantes, al pie del Burj Khalifa.
Al caer la tarde un taxi nos ha llevado al antiguo puerto pesquero, en que una barcaza, de negra madera e hierros oxidados, nos ha trasladado al antiguo Zoco que me ha hecho recordar de alguna manera el famoso “Rastro madrileño” del barrio comercial de Cascorro; a la insistente  invitación de los numerosos comerciantes, puedes adquirir, regateando, los más curiosos objetos, vestidos, calzado y complementos.
Después de recorrer cientos de metros y siguiendo el margen de la bahía, llegamos a la moderna “Casa del abuelo”, en honor al sitio donde vivieron las gentes de la tribu “Bu Flasa”
llegada del desierto bajo el liderazgo de la familia Maktoun, fundadora de la ciudad de Dubai el año 1.833.
Avanzando unos doscientos veinte metros más, encontramos “el Museo al aire libre”; una moderna instalación de cabañas y espacios recortados del desierto, con sus ganados de cabras, dromedarios, ovejas y pastores; mujeres vestidas según estilo y maneras ancestrales fabricando ricas tortas “zeceñas”, saladas y dulces, te, café y buñuelos, cocinados al calor de las brasas sobre la arena.
Pudimos gozar de la música de un anciano trovador que, al compás de ritmos árabes, entonaba sus lastimeros gemidos de sufrimiento, aridez y añoranzas, cuya memoria ya se va extinguiendo.
La hora pasó y volvimos sobre nuestros pasos, para cenar unas ricas chuletas de cordero asadas en directo sobre las ascuas enjauladas sobre la propia mesa de un restaurante, instalado junto a la antigua cabaña del abuelo y primer Emir Maktoum de Dubai.
Cruzamos la bahía a lomo de una barcaza, tomamos un taxi y nos recogimos a descansar, prometiéndonos volver otra vez al bucólico lugar, reconstruido al amparo de la “ Towers´s City”
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