El nos trató como
hermanos;
y en tantos siglos de historia,
refrescó nuestra memoria:
“hay Papas no italianos”.
Animó al mundo entero
a no ser presa del “miedo”,
que hay méritos en el Credo
que valen más que el dinero.
“Un joven de ochenta años”
nos invitó a los menores,
“que podemos ser mejores
que los más santos de antaño”.
Rompiste la tradición,
siendo nacido polaco
“obrero”, mas no cosaco;
fuiste nuestra bendición.
Yo ya te he perdonado;
feo lapso de expresión:
a curas de Ordenación
les llamaste “desgraciados”
En un mundo de
egoísmos,
diste ” Solidaridad ”;
con “su materialidad”
rompiste los comunismos.
Todos los “muros” cayeron,
cuando te vieron pasar
Berlín, Rusia y Al Fatat,
Sión, La Habana y Rabat.
cuando te vieron pasar
Berlín, Rusia y Al Fatat,
Sión, La Habana y Rabat.
“Invitaste al perdón"
con tu báculo de acero
y rompiste la “Teoría
de una tal Liberación”.
¡Gracias, Juan Pablo
Segundo
por las Jóvenes Jornadas,
por tu Beatitud fundadas,
HOY TE QUIERE TODO EL MUNDO!
De Juan Pablo su cabeza
fuiste Papa Benedicto,
líderes de Jesucristo,
de la Iglesia fortaleza
Benedicto Dieciséis,
espada del Celibato,
santidad sin arrebato,
nuestra confianza tenéis.
Hoy todos los
países
esperan con gratitud
con la
Fe y la Juventud,
que de
largo no paséis.
La Jornada de Madrid,
tu
sapiencial Magisterio
serán
el mejor criterio
que el
mundo desea oír.
Santos desde el
Matrimonio,
santos
desde el Sacerdocio,
como
Pedro, Isidro y tantos,
también con tu testimonio.
Blanca Virgen de
pureza
de las Nieves y la espuma,
luz y esperanza en la bruma
y consuelo en la tristeza.
Asunta de Cuerpo y Alma,
Madre y Paz
de los humanos,
hermana entre los hermanos,
que
nos confortas y calmas
Las injusticias mitiga
que
sufren tantos millones
que, en todas las naciones,
mueren
de hambre y fatiga.
La Humanidad vive en
crisis
por la
ineptitud y errores
de los administradores
y de tantos
jefes “grises”.
Como en Canáa, hoy tu
Hijo,
trasforme nuestros temores,
en todos esos valores
que el Evangelio es
prolijo.
Que El nos enseñe a pescar,
aunque sea desde el Calvario,
y que junto a su Vicario
podamos acrecentar.
Gracias Papa Benedicto,
oye
nuestras peticiones;
porque son las oraciones
que
hoy dirigimos a Cristo.
Alcobendas, 05 /08/ 2011
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