Desde este lugar del mundo, desde la Era cuaternaria, en el
Periodo Pleistoceno, 2,580 millones de años, a través del tiempo y la
distancia, sigue manando una fuente de agua,
de sangre y de vida, trasmitiendo unos genes humanos,
materiales y espirituales, hasta hoy intactos, orientados hacia un futuro
garantizado en nuestra estirpe.
Cumplir años significa una suerte, una alegría imposible de
traducir con palabras, y el deber de hacer posible la felicidad compartida, no
solo con la esposa, con los familiares, hermanos, cuñados, sobrinos, hijos y
nietos, sino también con los amigos, los vecinos, compañeros de trabajo,
alumnos y personas, de toda clase y condición con quien hemos compartido la
vida, el pan y el progreso.
Ayer todos, desde el alba hasta la última hora, tuvisteis el
amor y la generosidad de una sonrisa, al desearme FELICIDAD y ánimos para
seguir viviendo.
Quisiera tener un corazón y una mente más capaz de
comprender y de amar, comparable a vuestro recuerdo y generosidad, para mi más
sincera GRATITUD hacia vosotros.
Deseo que Él, nuestro Padre común, tan oculto y presente en
nuestras vidas, os colme de amor infinito, haciéndoos llegar mi bendición
sacerdotal, a cada uno de vosotros y a vuestras respectivos familiares.
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