Justifica la libido,
los sentimientos de amor,
la crianza de los hijos,
el sufrimiento y dolor
de la vida y de la muerte,
que compartimos y somos;
soñando con ilusión
lo que seremos y fuimos;
al vivir la castidad,
como fue desde el principio,
siendo padres de familia,
cual apóstoles de Cristo;
esto no es una ofensa,
virginidad invertida,
la concepción de los hijos,
sino la mejor ofrenda
en lo humano y lo divino.
... +
Pub. 24/II/13
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